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Frisby pierde su marca en Europa: el conflicto legal que alerta a las empresas colombianas

La reconocida cadena de comida rápida Frisby, originaria de Colombia, enfrenta un revés en el escenario internacional tras perder el control de su nombre comercial en Europa. Aunque la situación se ha desarrollado dentro del marco legal, ha encendido las alarmas sobre los riesgos que corren las marcas nacionales al no activar sus registros en el extranjero.

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Una marca emblemática con raíces en Colombia

Desde su fundación en Pereira durante los años 70, Frisby ha logrado consolidarse como una de las franquicias más queridas del país, destacando por su receta de pollo crujiente, su mascota icónica y una identidad visual fácilmente reconocible. Actualmente, cuenta con cientos de puntos de venta en todo el territorio nacional.

Con miras a una futura expansión, en 2005 la empresa registró oficialmente su marca en la Unión Europea. Sin embargo, esa expansión nunca se concretó, y el nombre permaneció inactivo en ese mercado por casi dos décadas.

Nace Frisby España: una disputa por identidad empresarial

A finales de 2024, en la ciudad de Bilbao, se creó una nueva empresa llamada Frisby España S.L., que comenzó a operar restaurantes bajo ese nombre. Su imagen, colores y estilo gráfico generaron confusión entre los consumidores, especialmente entre ciudadanos colombianos residentes en Europa que asumieron que se trataba de una sucursal oficial.

Frisby Colombia reaccionó públicamente, aclarando que no tiene relación alguna con esa compañía. Asimismo, denunció la utilización de elementos visuales similares que, según ellos, podrían inducir al error entre los consumidores.

La decisión de las autoridades europeas

La empresa española solicitó la anulación del registro original de Frisby en la Unión Europea, alegando falta de uso comercial comprobado. La Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) aceptó la solicitud, revocando el derecho de uso exclusivo de la marca a la empresa colombiana.

Actualmente, la compañía original tiene plazo hasta julio de 2025 para presentar evidencia concreta de que la marca ha sido utilizada en Europa. En caso de no hacerlo, perderá definitivamente la titularidad del nombre en ese territorio.

Una advertencia para otras marcas en proceso de internacionalización

Este caso resalta una realidad que muchas empresas desconocen: registrar una marca en otro país no garantiza su protección si no se demuestra un uso activo. La legislación europea exige actividad comercial visible y comprobable para conservar los derechos sobre un nombre registrado.

Además del componente legal, existe una discusión sobre la ética comercial. Aunque Frisby España actuó conforme a las normas, su decisión de utilizar un nombre ya posicionado podría considerarse una forma de aprovechar el reconocimiento previo de otra marca.

Conclusión: una lección valiosa para marcas emergentes

El caso entre Frisby Colombia y Frisby España representa más que una disputa por derechos comerciales. Es un recordatorio claro de la importancia de proteger activamente los activos de marca, especialmente en mercados internacionales.

Mientras se define el desenlace legal, el episodio deja una enseñanza clave: no basta con registrar una marca en el exterior, también es necesario operarla, defenderla y mantener su vigencia activa. Solo así se puede asegurar que lo construido en el país de origen no se diluya fuera de sus fronteras.

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Diego Padilla

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